L. RONALD HUBBARD | PERFIL BIOGRÁFICO

Escritores
del Futuro

Primera edición de la antología de Escritores del Futuro, mayo de 1985.
Aunque Campo de Batalla: La Tierra y Misión: La Tierra fueron las últimas novelas de L. Ronald Hubbard, de ningún modo fueron el final de su compromiso de toda una vida con el arte de escribir. Años antes, como presidente de la filial neoyorquina del Gremio Estadounidense de Ficción (American Fiction Guiad) abogó incansablemente por que los escritores nuevos fueran admitidos como principiantes en las filas profesionales del gremio, escribió artículos educativos para varias revistas profesionales y por otra parte ayudó a los autores nuevos o cuyas obras no se habían publicado a que tuvieran un lugar en lo que por tradición había sido un mercado cerrado.

Posteriormente a finales de 1983, afirmó: “Inicié un medio para que los escritores nuevos y en ciernes tengan una oportunidad para dar a conocer sus esfuerzos creativos y recibir el reconocimiento que merecen”, y así anunció su Concurso de Escritores del Futuro (Writers of the Future). Este concurso fue específicamente creado con la intención de descubrir y alentar a los nuevos escritores de ciencia ficción. El Premio de Oro de los Escritores del Futuro de L. Ronald Hubbard se ha convertido en uno de los reconocimientos con más prestigio en su género. De hecho, ha llegado a ser el medio más grande, de más éxito y con mayor influencia visible en el mundo para los nuevos talentos creativos en ciernes en el mundo de la ficción contemporánea. Reflejo del interés del Sr. Hubbard por los artistas deseosos de triunfar, el único impedimento para participar consiste en que los candidatos no deben haber publicado con anterioridad nada de forma profesional. Para asegurar un criterio profesional en la selección de los ganadores, entre los jueces tanto del pasado como del presente se encuentran algunos de los nombres más importantes dentro de la ciencia ficción, entre ellos: Larry Niven, Orson Scott Card, Robert Silverberg, Frank Herbert, Jerry Pournelle, Frederik Pohl, Jack Williamson y Anne McCaffrey.

El Premio de Oro de L. Ronald Hubbard del Concurso de Escritores del Futuro.
Como el Sr. Hubbard originalmente inició su carrera en una era en que la ficción popular contaba con ilustraciones muy elaboradas, era de esperar que también creara el concurso acompañante, Los Ilustradores del Futuro (Illustrators of the Future). Se fundó para dar impulso al artista de ciencia ficción y concede premios en efectivo a los concursantes además de la publicación de su obra en una antología anual conocida como: L. Ronald Hubbard presenta a los Escritores del Futuro. Esta antología, dicho sea de paso, ha llegado a ser la obra más vendida de su tipo, y ha demostrado ser el trampolín para la publicación de obras posteriores de estos autores. De hecho, el concurso L. Ronald Hubbard de Escritores del Futuro ha ayudado, hasta la fecha, a la llegada de más de quinientas novelas nuevas a las estanterías de los lectores estadounidenses. Cuando se inició este concurso, L. Ronald Hubbard escribió:

“Se espera que el artista inicie cosas”. “El artista inyecta el espíritu de la vida en una cultura”. Aunque hablaba de los autores que vendrían, sin duda estos mismos conceptos aplican a él mismo. Hoy en día hay más de doscientos cincuenta millones de libros de L. Ronald Hubbard en circulación, tanto de ficción como de no ficción; y contando con la programación de la nueva publicación de sus primeros libros y de sus obras aún no publicadas, esa cifra seguirá creciendo. Pero, en todo caso, el Sr. Hubbard ha dejado su huella. El profesor de Inglés y Lenguas Extranjeras Stephen V. Whaley afirmó: “Sin duda L. Ronald Hubbard es uno de los escritores más prolíficos y de mayor influencia del siglo XX”. Como evidencia de esto, la enorme antología de sus obras ha recibido premios de organizaciones literarias como la Federación Nacional Francesa para la Cultura, el Comité Europeo de Prestigio y la Academia Europea de las Artes. Otra evidencia es el enorme número y la variedad de sus lectores, así como los miles de estudiantes en escuelas y universidades que estudian su obra y tratan, como él mismo una vez describió, “de escribir, escribir y luego escribir un poco más. Y nunca permitir que el cansancio, la falta de tiempo, el ruido, o cualquier otra cosa, me desvíe de mi camino”.