Nacido el 13 de marzo de 1911, los primeros años de L. Ronald Hubbard transcurrieron en el viejo oeste típico de Montana con excursiones periódicas a California, Oregón y Washington.

A manera de introducción, el mismo Sr. Hubbard explica: “Nací en Nebraska y tres semanas después fui a Oklahoma”, donde, podríamos añadir, su abuelo había establecido un rancho de caballos, en el que dio sus primeros pasos antes de cumplir un año. De Oklahoma, se trasladó a continuación al estado de Montana, donde, como él mismo dijo bromeando: “Dicen que di ciertas señales de que iba a tranquilizarme, pero creo que esto no es más que un rumor”.

Luego vinieron varias aventuras notables, incluyendo una extraordinaria amistad con un indio chamán de la tribu de los pies negros y su aceptación final como hermano de sangre de la tribu. También estaba domando caballos salvajes a muy temprana edad, y escapó por muy poco de una manada de coyotes montado en una yegua llamada Nancy Hanks, un suceso especialmente significativo por el hecho de que inicialmente nadie lo creyó. De ahí que después reconociera: “Tuve mis aventuras, pero aprendí a contar la versión moderada”.

Aunque sólo fuera para completar una juventud agitada, su madre, Ledora May Hubbard, quien era una mujer extremadamente educada (algo raro en su tiempo), introdujo a su hijo a los clásicos de la literatura occidental incluso antes de su séptimo cumpleaños.

En otra nota sobre su juventud, el Sr. Hubbard describió un viaje espeluznante por las Montañas Rocosas en el Ford Modelo T de su abuelo. Las carreteras, como mucho, estaban cubiertas de arena, y por lo general, eran poco más que sinuosas veredas formadas por el paso de venado, al borde de un abismo tremendo. Después siguieron las igualmente desafiantes jornadas a través de los desiertos de Nevada (donde el agua se usaba para el radiador y las ruedas se pinchaban cada cincuenta kilómetros), antes de llegar finalmente a San Diego, en donde su padre, Harry Ross Hubbard, prestaba servicio en la Armada de Estados Unidos a bordo de un destructor.

Respecto a la historia de L. Ronald Hubbard como el Scout Águila más joven de Estados Unidos, comenzó con su ingreso a los Scouts en 1923, y pronto se le vio representando a los Scouts estadounidenses frente al entonces Presidente Calvin Coolidge.

Como hijo de un oficial naval de Estados Unidos, pronto se encontró navegando a las tierras más exóticas, entre las que se incluían los puertos del Pacífico Sur y la China pre-revolucionaria. En total, acumuló más de cuatrocientos mil kilómetros antes de llegar a los diecinueve años, habiéndose embarcado ya de pleno en 1929 en lo que sería el mayor viaje de su vida.

O como el mismo Sr. Hubbard decía cuando hablaba de sus primeros años: “Desde que tenía tres años sabía exactamente hacia donde me dirigía”.